FUTURISMO
Movimiento
vanguardista de principios del siglo XX surgido en Italia. Fue concebido como
movimiento revolucionario por el poeta Filippo Tomasso Marinetti.
En el año 1909,
Marinetti distribuye por todo el mundo un manifiesto en el que proclama la
muerte del arte del pasado y el nacimiento del arte del futuro (El Futurismo).
Se propagó rápidamente por Europa, gracias a la publicación del manifiesto en
la primera página de Le Figaro el 20 de Febrero de 1909. El nombre se lo
dio el propio Marinetti, lo que demuestra las intenciones del poeta de crear
una poética completa, cuajada de proclamas de carácter anarquista y socialista.
Los principales
artistas que se unieron a Marinetti fueron Umberto Boccioni, Carlo Carrá, Luigi
Russolo, Giacomo Balla y Gino Severini. En 1910 se publica el Manifiesto de
los Pintores Futuristas de Boccioni, que fue leído públicamente ante una
gran audiencia en el teatro Chiarella de Turín, seguido, en ese mismo año, por
el Manifiesto de las técnicas de la pintura futurista. En 1912, se
organizó la primera exposición del grupo en París. Ésta viajaría posteriormente
a Londres y a Berlín. La rápida propagación del movimiento se debió a la
existencia en Europa de un vacío cultural que los jóvenes percibían. El cubismo
se había convertido en un movimiento exclusivista y altamente intelectual al
que sólo llegaban unos pocos.
La rápida
industrialización y el desarrollo de los medios de comunicación habían creado
un público nuevo que no se contentaba con la cultura tradicional. El Futurismo
poseía una accesibilidad y una cualidad periodística que resultó muy atractiva
a los jóvenes, incluso es sabido que, antes de la guerra, los futuristas eran
muy populares entre los trabajadores que abarrotaban los teatros de las grandes
ciudades italianas cuando se convocaba algún acto futurista.
Marinetti se reveló
en su manifiesto contra el enorme peso de la tradición que todavía imperaba en
Italia (este país realmente no había contribuido todavía al desarrollo de las
vanguardias), proclamando que el esplendor del mundo ha venido a acrecentarse
con una nueva belleza:
"la de la
velocidad. Un coche de carreras....es más bello que la alada Victoria de
Samotracia.Una obra que no sea de carácter agresivo no puede ser una obra
maestra. Queremos glorificar la guerra...Queremos destruir museos, bibliotecas
y academias...Queremos liberar a este país del fétido cáncer de profesores,
arqueólogos, guías y anticuarios".
En el Manifiesto de
las técnicas de la pintura futurista de Boccioni describe la multiplicidad de
las sensaciones que recibe el hombre moderno:
"Todo
cambia, todo se mueve, todo gira rápidamente...Un caballo al galope no tiene
cuatro patas sino veinte y el movimiento que tienen es triangular...Que la
ciencia de hoy repudie su pasado está en concordancia con las necesidades
intelectuales de nuestro tiempo".
Pero no da ninguna
clave de cómo se puede expresar pictóricamente ese dinamismo universal. Según
Boccioni: "el artista está obligado a representar la vida moderna (una
vida de acero, fiebre, orgullo y velocidad)". En general el futurismo
contribuyó a desarrollar entre la gente una nueva sensibilidad por los objetos
de nuestra época (las máquinas) y por las preocupaciones del hombre moderno (la
velocidad).
En 1911, tiene
lugar la primera exposición futurista importante en Milán en la que participan
Boccioni, Russolo y Carrá. Los temas son futuristas pero la manera de pintarlos
sigue siendo tradicional. Al poco tiempo llega Severini de París y convence a
Marinetti para que financie un viaje a París a los tres artistas.
En París conocieron
a Picasso y vieron el cubismo que, naturalmente, pasó a ser la primera
influencia que reflejaron en las obras que realizaron a su vuelta. En 1912,
durante su estancia en París, Boccioni, había conocido a Archipenko, Brancusi y
a Duchamp Villon y poco después escribió su Manifiesto de la escultura
futurista en el que, agobiado por la estatuaria tradicional, escribió:
"proclamemos la supresión absoluta y definitiva de la estatua de forma
cerrada. Abramos al cuerpo en canal, incorporándole lo que le rodea".
Boccioni creó, en
1913, un bronce que ilustra estas ideas titulado Formas únicas de
continuidad en el espacio, en donde anticipa la forma aerodinámica de un
aeroplano al casi hacer explotar la forma en el espacio. En el manifiesto
plantea ideas tan nuevas para la escultura como la incorporación de otros
materiales (cristal, madera, cartón, hierro, cemento, crines de caballo, cuero,
tela, espejo, luz eléctrica, etc.) e incluso la incorporación de motores a las
esculturas.
Balla fue el que
más se acercó a la abstracción y a los estudios que sobre el movimiento se
habían hecho en fotografía, más concretamente a Muybridge y a Marey. Reflejó
estas ideas en su famoso cuadro Perro atraillado de 1912. Hacia
1913-1914 comienza a investigar la movilidad y los efectos ópticos de los tonos
y los colores siendo por ello un precursor del Op Art. Severini y Carrá se
mantuvieron adeptos al cubismo y Russolo alcanzó sus mayores logros en el campo
de la creación musical.
El movimiento
futurista también se desarrolló en arquitectura a través de la figura de
Antonio Sant Elia. En 1914, publicó el Manifiesto de la arquitectura
futurista, donde planteaba una nueva ciudad, construida con los nuevos
materiales y las nuevas técnicas de ingeniería.
El movimiento tuvo
una corta vigencia (1909-1914). La guerra dispersó al grupo. Boccioni que fue
su activista más dinámico murió en 1916, Severini volvió al cubismo y Russolo
perdió interés por la pintura. Carrá volvió a la pintura metafísica. Marinetti
siguió escribiendo libros y poemas y acabó adhiriéndose al régimen de
Mussolini.
Podemos citar a
otros futuristas italianos como Enrico Prampolini, Fortunato Depero y Francesco
Cangiullo. La influencia del futurismo se dejó sentir en todo Europa y muchos
artistas experimentaron con él (Marcel Duchamp y su Desnudo descendiendo una
escalera, algunas obras de Delaunay acercan el orfismo y el futurismo,
expresionistas como Otto Dix y George Grosz incorporaron en algunos de sus
cuadros de 1914 el ritmo vertiginoso de las composiciones futuristas). En
España se consideran futuristas algunas obras de Rafael Barradas de 1920. En
Inglaterra, Marinetti creó junto con C.R.W. Nevinson el movimiento vorticista.
En Argentina, se
considera futurista Emilio Pettorutti, quien viajó a Italia en 1912 con una
beca y se adhirió al futurismo. Expuso en la famosa galería Der Strum de
Berlín. En París conoció a Juan Gris y volvió a Argentina convertido en un
cubista.
Enciclopedia Universal DVD ©Micronet
S.A. 1995-2006
Manifiesto futurista
1. Queremos
decirle al amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad maligna.
2. El coraje,
la audacia y la rebeldía serán elementos esenciales de nuestra poesía.
3. La pintura y
el arte ha magnificado hasta hoy la inmovilidad del pensamiento, el éxtasis y
el sueño, nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril,
la carrera, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.
4. Afirmamos
que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza
de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con grandes tubos
parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente que parece
que corre sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia.
5. Queremos
alabar al hombre que tiene el volante, cuya lanza ideal atraviesa la Tierra,
lanzada ella misma por el circuito de su órbita.
6. Hace falta
que el poeta se prodigue con ardor, fausto y esplendor para aumentar el
entusiástico fervor de los elementos primordiales.
7. No hay
belleza sino en la lucha. Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser
considerada una obra maestra. La pintura ha de ser concebida como un asalto
violento contra las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante
del hombre.
8. ¡Estamos
sobre el promontorio más elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos protegernos
si pretendemos derribar las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el
Espacio morirán mañana. Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creamos la
eterna velocidad omnipresente.
9. Queremos
glorificar la guerra - única higiene del mundo-, el militarismo, el
patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las malas ideas para las
cuales se muere y el desprecio por la feminidad.
10. Queremos
destruir los museos, las bibliotecas, las academias variadas y combatir el
moralismo, el feminismo y todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias.
11. Cantaremos a
las grandes multitudes que el trabajo agita, por el placer o por la revuelta:
cantaremos a las mareas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las
capitales modernas; cantaremos al febril fervor nocturno de los arsenales y de
los astilleros incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones
ávidas devoradoras de serpientes que humean, en las fábricas colgadas en las
nubes por los hilos de sus humaredas; en los puentes parecidos a gimnastas
gigantes que salvan los ríos brillando al sol como cuchillos centelleantes; en
los barcos de vapor
Es desde Italia donde lanzaremos al mundo este manifiesto nuestro de
violencia atropelladora e aventureros que huelen el horizonte, en las locomotoras
de pecho ancho que pisan los raíles como enormes caballos de acero embridados
de tubos y al vuelo resbaladizo de los aviones cuya hélice cruje al viento como
una bandera y parece que aplauda como una loca demasiado
entusiasta.incendiaria, con el cual fundamos hoy el "futurismo",
porque queremos liberar este país de su fétida gangrena de profesores, de
arqueólogos, de cicerones y de anticuarios.
Ya durante demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de antiguallas. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren toda de cementerios innumerables.
Ya durante demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de antiguallas. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren toda de cementerios innumerables.
Filippo Tommaso Marinetti, "Le Figaro", 20 de febrero de 1909
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