LE CORBUSIER

 


Le Corbusier nace en en 1887 en Le Chaux de Fonds, Suiza, su actividad como arquitecto y urbanista se complementa con la de escritor, pintor y diseñador, sus proyectos y sus ideas de vanguardia lo sitúan rápidamente como uno de los máximos exponentes de la arquitectura y el urbanismo modernos. Fue el creador del “Modulor”, sistema de medidas de proporciones armónicas referidas a las dimensiones humanas que aplicó en sus proyectos. Sus ideas, publicaciones y obras fueron decisivas para la consolidación de la arquitectura y el urbanismo modernos. Le Corbusier, muere el 26 de agosto de 1965, en Cap. Martin, Francia.

Le Corbusier admira la existencia de la máquina y la vertiginosa modificación del proceder social de los hombres, permite comprender asimismo una perturbación superior, un momento de alteración en la historia de la humanidad. El oficio es reemplazado por la industria, el artesano por la máquina acompañada por un obrero industrial o un peón, y los movimientos de caballo o el buey, por una nueva velocidad de automóviles, barcos y aviones o por la casi mágica comunicación a través de telégrafos, teléfonos y radios.

Le Corbusier ante tan trascendente escenario, profetiza sobre el destino de la sociedad, e imagina que, si nada de lo que en otros tiempos era una medida sirve hoy para apreciar el comportamiento humano, los primeros pasos hacia una nueva civilización mecanizada y de extensiones desconocidas ha comenzado.

Ante ello su visión sobre el porvenir respecto de la arquitectura y a el futuro de la sociedad es de gran fascinación. Ante ello su visión sobre el porvenir respecto de la arquitectura y el futuro de las sociedades, su convicción surge frente a la característica del cambio, él advierte que la creación y la construcción que había evolucionado desde la antigüedad, mediterránea, la edad media revolucionaria y de ciertas adapataciones de la época clásica se han quebrado y que las técnicas que en ellas se habían materializado constantes atreves de la piedra, el ladrillo y la madera sucumbían ante otra realidad representada por los materiales artificiales, el hormigón, el vidrio y el acero.

 

 Su curiosa e inventiva, le permiten descubrir una cantidad de posibilidades que se transformarán en la base del instrumental necesario para orientar el nuevo camino, logrando identificar los datos originales de la relación entre construcción y diseño en la arquitectura.

La separación de las funciones de sostén y de las partes sostenibles.

La fachada sin función estructural, donde una simple membrana separa el exterior del interior.

El esqueleto independiente del inmueble eliminando los limites provocados por la construcción, permitiendo una planta baja libre y la determinación de la estructura solamente atreves de algunos puntos.

Los techados construídos como terraza de hormigón disponiendo un nuevo lugar útil para la residencia.

Los tabiques interiores independientes a la estructura, modifican la concepción total del espacio interior.

Le Corbusier afirma, la revolución arquitectónica llevada a cabo ofrece sus recursos a la urbanización de las ciudades contemporáneas.

Estos cambios colaboran para la alteración de la condición tradicional de la forma urbana, los edificios por su disposición estructural crecen hasta 300 metros de altura, la distribución de aire acondiciona tanto a edificios como aviones, introducen la forma mecánica y artificial de la calidad ambiental. La separación estratégica del peatón y el automóvil crean un nuevo paisaje en la ciudad, así como la presencia del instrumental forjado premedita e imagina otra relación entre el hombre y su hábitat.

Estas características destacan la oportunidad de situarnos ante algunos interrogantes cuando, como en los descriptos se esta en un momento revolucionario para la historia de la humanidad y plenamente en ese escenario.

La influencia del avión y el transatlántico, el tren y el automóvil, penetran el paisaje tradicional de otro mundo, cruzan, atraviesan y surcan, océanos, desiertos y campos, lugares naturales, infinitos que se entreveran con el lugar humano, elborado, preciso, y contradictorio, el espacio natural y el artificial se integran.

Es la ocupación del suelo y territorio, quizás el principio más determinante en el modo de concebir el urbanismo moderno expuesto como ideal por Le Corbusier, otra disposición, lugares que imaginan una nueva noción de la relación del espacio interior y exterior, proyectando otra ciudad, para otros itinerarios; consagrando una línea esencial: la búsqueda explícita de las aspiraciones modernas del hombre y los medios para llegar a él.

La tarea logró su objetivo, provocar, estimular, corroer, contrastar.

Por supuesto este ideario coloca la figura de Le Corbusier como el creador del modelo distinto y artífice de otro momento de la historia de la arquitectura y la ciudad, como estratega de las misiones futuras, extendió su concepción hacia todo el universo posible, anticipándose a la era global, los flujos materiales e inmateriales de carácter internacional y los complejos sistemas metropolitanos, ante ello el engranaje de ideas que despliega Le Corbusier no puede tratarse sino como la máxima expresión cultural sobre la arquitectura y el urbanismo en el siglo XX.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escombros por todas partes sobre una civilización superada. Una realidad prodigiosa: el poderío de las máquinas que proporcionan la abundancia y los medios mismos de su distribución. Retorno al pasado o aceptación del desenvolvimiento natural de las cosas: es necesario optar por lo uno o por lo otro. Todo está disponible, todas las potencias, maquinas, los transportes, la organización industrial, la administración, la ciencia pura y la ciencia aplicada. Todo preexiste. La tarea consiste en arancar la sociedad moderna de la incoherencia y conducirla hacia la armonía.

El mundo tiene necesidad de armonía y de hacerse guiar por armonizadores.

El ASCORAL es u asamblea de constructores para una renovación arquitetónica . sus objetivos son: proceder al examen de la ocupación del suelo, muy en particular de la efectuada por es espacio edificado y sus prolongaciones, cuyos beneficios pueden ser extendidos al país entero –ciudades y campañas- y que respondan a las cuatro funciones: habitar, trabajar, cultivar el cuerpo y el espíritu. Dicha agrupación no reúne a profesionales de una sola disciplina (arquitectos) sino que esta abierta a todas las actividades que se relacionan más o menos de cerca con el campo de la construcción como sociólogos, arquitectos, ingenieros, pensadores, pedagogos, hombres de ciencia, campesinos, obreros, dirigentes, economistas, juristas.

Si aparece a tiempo una doctrina coherente, todos estos nuevos profesionales del urbanismo quizás hallarán en ella una luz capaz de iluminar su camino. El buen sentido es capaz de recuperarse cuando llegue la otra, la nueva batalla violenta de la reconstrucción. El verdadero problema: ¡Vivir hoy! Hallará su solución en un intento esfuerzo de todo el país y la participación apasionada de aquellos que sean sus responsables: los arquitectos convertidos en urbanistas.

El urbanista no es otro que el mismo arquitecto. Primero organiza espacios arquitectónicos, determina el sitio y el destino de los volúmenes edificados, conecta todas las cosas en el tiempo y el espacio mediante una red de circunvalación. Y el otro, el arquitecto, ocupándose por ejemplo de una sola vivienda y en esta vivienda por ejemplo de una simple cocina, erige asimismo volúmenes edificados. En el plano del acto creador, arquitecto y urbanista son uno mismo.

Las técnicas han ensanchado el campo de la poesía: de ningún modo han reducido los horizontes, matando los espacios y metiendo a los poetas en los calabozos. Con la precisión de los instrumentos de medición han abierto fantásticamente los espacios ante nosotros y por consiguiente el sueño: los mundos estelares y las profundidades vertiginosas de la vida en nuestra tierra. Sueño y poesía brotan a cada instante de esta progresiva técnica.

Materia prima en toda su inercia, la técnica es, en primer término, la suma de las invenciones inocentes, espontaneas, ingenuas y sin ligaduras, nacidas del azar o de os laboratorios: además, es esa marcha ilimitada hacia una meta también son límites que lleva las cosas hacia fines inesperados, a veces revolucionarios. No hay pequeñas y grandes invenciones; solo hay pequeñas o grandes consecuencias: la pólvora de cañon y la imprenta hasn bastado para volver una de las grandes páginas de la historia humana.

La técnica no es antagonista de lo espiritual. Es una de sus formas agudas; la del lado de lo absoluto del razonamiento, de las deducciones lógicas y de las fatalidades matemáticas y geométricas.

Hace 100 años que la primera locomotora arrastró un  tren de vagones sobre una vía férrea que unía una ciudad con otra, introduciendo así en las relaciones y los transportes una modificación de la duración, de hecho una velocidad que aumentaría sin cesar, extendiendo sus efectos a la totalidad de las actividades humanas. Estas actividades se habían mantenido equilibradas durante milenios sobre la base de los cuatro kilómetros por hora proporcionados por el paso del hombre, el paso del caballo o el del buey. En adelante, hay que oponer a esta cadencia los 50 a 100 km. por hora de los vehículos sobre caminos lisos y de los barcos; los 300 a 500 km. por hora de los aviones; finalmente las velocidades sin medidas del telégrafo, el teléfono y la radio. “técnica y conciencia son las dos palancas de la arquitectura en que se apoya el arte de construir”.

El término biología conviene eminentemente a la arquitectura y al urbanismo: biología, cualidades de una arquitectura y un urbanismo vivientes. Biología que administra planos y secciones de los edificios, coordinando los volúmenes, respondiendo a funciones: biología que proporciona flexibilidad y armonpia  alas circulaciones.

La vida se desarrolla desde el interior hacia el exterior, se expande, abierta a la luz y ofrendándose al espacio. La arquitectura y el urbanismo proceden de esta regla unitaria: del interior al exterior, regla que juzga con severidad en torno suyo. Desde ese momento, he ahí con fines útiles y que son otros tanto órganos, coherentes como en los organismos naturales.

Instrumental es aquello que prolonga eficazmente los miembros del hombre.

Esta aceptación puede extenderse a ciertos productos del ingenio humano, también destinados a secundar a la persona: la vivienda es instrumental, el camino, el taller y así sucesivamente.

Algunas formas de un urbanismo preconcebido cuna de ciudades: los recintos romanos de la Galia. Este término que significa lo que rodea sirve igualmente para calificar a una mujer que llevaría a un niño en su seno.

Se abren puertas en los muros del recinto de los que partirán las rutas que se hunden en el país.

Así preparaban una ciudad los romanos, no titubeando en someterse a los rigores y eventualidades de una previsión. Más que eventualidades esta prudencia les daba certidumbres, elementos posistivos de urbanismo, medios de poner a los habitantes en condiciones favorables.

Tengamos presente este principio de la previsión, de la forma preconcebida, especie de medida común entre una regla humana y los elementos naturales de un terreno; tengamos presente esta aceptación de la etapa con sus riesgos y ventajas.

2.- instrumental complementario: habiendo rodeado de murallas las ciudades, los romanos construían torres para defenderlas.

Después desde muy lejos, con objeto de abastecerse de agua, lanzan los acueductos a través de los campos.

Murallas, torres y acueductos constituirán, quizás, nobles espectáculos arquitectónicos y, más tarde, ruinas conmovedoras. Pero en esto solo hay una consecuencia, traspaso posible de una intención utilitaria a un plano superior plástico o lírico.

3. el campamento romano de Rouen se ha transformado en la ciudad medieval: recinto, calzadas y plazas permanecen. La catedral se yergue ahora donde estaba la basílica de la justicia romana,etc. Fuori muro, el puente y el camino siempre, a través de las transformaciones de la ciudad, la voluntad romana.

 


 

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